3 de octubre de 2009

Llegó la hora de Brasil


El Norte de Castilla, 3 de Octubre de 2009


Los últimos Juegos Olímpicos (2008) pusieron al descubierto la extraordinaria potencia económica de la República Popular China, un año antes de que conmemorase con gran pompa y circunstancia su sexagésimo aniversario. Concebidos y diseñados como su gran carta de presentación ante el mundo, aún resuenan en nuestra memoria las imágenes de tan espectacular epopeya, que deslumbró como pocos acontecimientos deportivos lo han hecho hasta ahora. Ocho años después, y tras la edición de Londres (2012) que nos devuelve la antorcha al Viejo Mundo, Brasil tratará de reproducir de nuevo, en 2016, lo mucho que representan en el panorama del siglo XXI los llamados países emergentes, esa categoría de Estados que, secundarios en el panorama internacional hacen apenas veinte años, ahora se erigen como los colosos de una economía que une innovación, enormes potenciales de mercado interno y elevados contingentes de mano de obra “very cheap” y con numerosos efectivos altamente cualificados. A ello habría que sumar una estrategia de proyección internacional dotada de extraordinario pragmatismo, a medida que su presencia en los grandes foros de encuentro y de decisión se ha hecho cada vez más activa e incluso determinante.


Todo ello aparece embarnecido en este caso por la figura de un político singular que, surgido de las filas del sindicalismo más combativo, ha logrado situarse entre los grandes dirigentes del planeta, al tiempo que, adormecidas las críticas internas, le cabe el indudable mérito – más allá del eterno problema ambiental de la Amazonia maltratada- de haber sabido conciliar la sensibilidad por los problemas de los más desfavorecidos con la preocupación de ofrecer una imagen de pais moderno, atractivo y con reconocida capacidad de liderazgo en su región. Todos los ingredientes, pues, para fortalecer la competitividad y la imagen prometedora de Brasil frente a una Europa que se debate en un mar de contradicciones y cuyo futuro admite toda clase de pronósticos.


Rio de Janeiro versus Madrid en la pugna a merced de un olimpismo regido por criterios inmunes a los empeños publicitarios, por muy convincentes que parezcan. Difícil competidor, quizá imposible de antemano. Tengo la impresión de que la suerte ha estado echada hace mucho tiempo. Es la primera vez que el mayor espectáculo del mundo, el más costoso, el más impactante, el más seguido y emblemático, visita la América Latina. Al fin. Y lo hace por la única puerta por la que podía entrar. Rio no será posiblemente la mejor ciudad del mundo para organizar un evento así y nadie duda que ocasionará grandes quebraderos de cabeza a quienes se han lanzado a esta aventura. Pero no es Rio de Janeiro la que ha ganado. Ha ganado Brasil como símbolo de una región que pugna por ser redescubierta y de las nuevas potencias que se afianzan sin apenas réplica en este azaroso e incierto siglo XXI.

2 comentarios:

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Es muy posible que asi sea, ya lo creo.

Un abrazo.

Hada Isol ♥ dijo...

Me causa mucha dicha Fernando de que sea Brasil,ellos están haciendo las cosas bien,crecen y esto es resultado de crecer,tienen las muchas dificultades que tenemos todos en Sudamérica,pero ellos apuntaron a más,Lula es muy picaro,no se opone al crecimeinto de su pais como nos pasa a nosotros con Cristina,merecen estar donde están.
Un abrazo Fernando!