2 de mayo de 2021

Horizontes de la Ciudad Silenciada. Reflexiones visuales sobre Valladolid en tiempos de pandemia

 

De pronto, imprevisiblemente, todo cambió, y de qué manera. La ciudad era la misma pero todo en ella era diferente. Perspectivas que parecían familiares se tornaron en otras hasta entonces desconocidas ante la mirada atónita del espectador, que también se percató de que los rostros habituales ofrecían una mirada y, sobre todo, una voz distinta, condicionada por unos aires en el ambiente que obligaban a la contención de la espontaneidad. Ni el espacio ni nosotros éramos como antes. Se imponían, sin quererlo, los "horizontes de la ciudad silenciada".




Aunque la esperanza de recobrar las sensaciones anteriores se mantuviera viva, el observador no quería perder la memoria de cómo la ciudad mudó su faz y sus hábitos en aquel año 2020. Cuando fue posible volver a pasear por ella, eran múltiples las señales de las que era necesario dejar constancia. Sin saber el resultado, emprendí, paso a paso y con la mirada en alerta, la elaboración de este libro que hoy acaba de ver la luz. Imagen y palabra. Cincuenta fotografías inéditas, una por cada día del confinamiento total, y con su correspondiente comentario. Estampa y texto. Lo visto y la reflexión que suscita. Todo está apoyado en una interpretación previa sobre el momento histórico y su impresionante dimensión geográfica. Valladolid como ejemplo. Entendido lo local en función de lo global.

Lo he editado personalmente y ya he comenzado su distribución. A partir del sábado 1 de mayo, recuperado el mes de abril que este año no nos ha sido robado, figurará en las librerías. Sin otra pretensión que la de luchar contra el olvido del año más duro de nuestras vidas y en todo el planeta.

La distribución de "Horizontes de la Ciudad Silenciada" me ha permitido retomar el contacto con los libreros de la ciudad de Valladolid. Ha sido un placer. Sus establecimientos me son familiares desde hace muchos años pero la ocasión ha hecho posible las visitas, la recuperación del deleite y el asombro ante las estanterías... y las conversaciones tan apetecidas. He dedicado en la obra un epígrafe a ese mundo fascinante, porque lo siento mío, muy cercano, al que recurro cuando deseo hacerme con algún ejemplar, enamorado como soy del papel impreso y refractario a otro tipo de mercados. Rarezas de la edad? No. Simplemente una muestra de apego firme a quienes están detrás de los mostradores o salen de ellos para asesorar o comentar la riqueza de la que disponen. Libreros y libreras admirables, a los que hay que apoyar. Venden en directo y en remoto, a través de Internet. Yo no lo hago. Apoyo plenamente su negocio.
He visitado, maleta en ristre, y dejado algunos ejemplares en Beagle, La Sombra de Caín, El Sueño de Pepa, Margen, Maxtor, Oletvm (las tres ofrecen el libro on line), Petrarca y Sandoval. Todas son librerías emblemáticas del centro de Valladolid.

Y también los he llevado a la Librería Javier, ubicada en Delicias. A ella corresponde la foto que figura en el libro como homenaje a las librerías de barrio. La visité el 13 de noviembre de 2020, en reconocimiento al día que específicamente se dedica a los espacios del libro situados en las periferias urbanas.

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